Presentación en A Coruña
Con una prosa de cercanía a los hechos históricos, donde prima el transcurrir de los personajes con sus avatares y desdichas, Javier Martín Betanzos nos va llevando al conocimiento del exterminio de las ideas y al afán de la libertad justa y medida a través de todos los personajes de la novela. Cada uno conforma territorios interiores que hacen posible que al argumento narrativo se incorpore el emocional.
Antonio Ramírez Almanza, escritor
Presentación en Almería
El 30 de marzo a las 19:00 horas estaremos en la librería Picasso de Almería (c/ Reyes Católicos, 18 - CP: 04001) presentando Alfileres en los ojos de los jilgueros . Allí os esperamos. La Desbandá en el lugar que algunos creyeron era su destino y para otros solo fue una parada hacia el exilio o la tumba.
Fragmento 1 del capítulo dedicado a Almería
A la altura de Roquetas se empezaron a ver camiones y autobuses que venían de Almería. Su propósito era recoger a los que huían, pero se llenaban de gente tan pronto que no daban abasto. Varias veces Rafael había intentado que su madre fuera en alguno de aquellos vehículos, pero no había sido posible. A veces se llenaban con unas pocas familias. Era frecuente ver una mujer acompañada de cinco o seis niños, de los cuales alguno era probable que no fuera suyo y, posiblemente, lo habría recogido en el camino al quedarse desamparado. Con unos de estos pocos grupos ya se llenaba el camión o el autobús. Rafael intentaba presionar a los responsables de los vehículos con la visión desagradable de los pies de Elisa...
Fragmento 2 del capítulo dedicado a Almería
Se sentía tan maltratada, que solo habitaba atrapada entre la pegajosidad del desconsuelo. Allí se revolcaba por inercia, a causa de una pulsión casi masoquista. Ella pensaba que no era la criatura más desgraciada sobre la tierra, pero estaba tan cerca. Solo a un paso, a unos milímetros de que una bala o un obús les arrebatasen a su hijo y a su sobrino. Por momentos era ella la que se veía ardiendo como una antorcha a causa de los lanzallamas italianos y la obsesión de Mussolini por su guerre celere. O despedazada por una roca que caía de la montaña cuando disparaban los barcos asesinos desde la costa.
«Me he equivocado».
Fragmento 3 del capítulo dedicado a Almería
Aquella tarde había una luz parda, de ceniza, y las formas apenas se distinguían, si no eran tocadas de soslayo por un sol anaranjado. Su silueta delgada y detenida, estaba indecisa. Su piel, pálida y ajada prematuramente, reflejaba otras siluetas, andantes autómatas con un destino ya escrito, un destino cabizbajo y derrotado, una vida vencida y quebrada...
Se desangraba. Su vida, apenas vivida, se escapaba por aquel agujero. El sabor a sangre le vino a la boca y le escocía como el aguardiente y las bocanadas de humo caliente de un voraz incendio.