Centinela de los pecios
Estos muros donde naufrago
reflejan el miedo de mis ojos fríos y huecos.
La amargura de alfileres y agujas
escuece en las viejas heridas
y caen las máscaras de la inocencia,
porque aquellos recuerdos
se han convertido en pasado presente
y solo delirios encadenados
coronan ahora mi cabeza despoblada.
El centinela que guarda la falsa fortaleza,
con esos baluartes orgullosos e inútiles,
ese guardián de la cosecha de invierno
que muere cada minuto con la sangre cuajada,
lo hace porque no supo defender
los gorjeos de los petirrojos
de todas las primaveras ausentes.